Esto de gatear me mola. Voy y vengo, llego a donde quiero y aunque me canso, me gusta. Estoy ensayando para aguantarme sólo con las piernas, que tiene pinta de molar más, pero de momento, mientras cojo fuerza, le doy con ganas a esto del gateo, que se me da estupendamente ya.
Por eso cuando mamá o papá no me dejan moverme libremente me enfado e intento librarme de sus manos… ¡ahora que he aprendido esto de gatear, no podréis evitarlo! Y el otro día lo intenté con tanta fuerza que me di un golpe en la frente con uno de los extremos del cambiador. ¡Auch!
Eso sí, a los dos minutos yo ya quería gatear de nuevo, que soy un machote. 🙂
Y no, no me dolió nada, que soy muy machote. Bueno, vale, un poco sí que lloré, pero jo, es que me di un buen golpe! 😉
Más fotos en mi semana 47.
Hay que ir con cuidado, hombre!