Los Reyes Magos

Esta mañana al levantarme mamá y papá me han puesto un pijamita nuevo y me han dicho que me lo habían traído los Reyes Magos de Igualada por haber sido tan bueno… Yo no sabía qué era esto de los Reyes, así que me he ido directo a la bebepedia a buscarlo y oye, me ha gustado lo que he leído, ¡más regalos! Además, como yo soy muy bueno, seguro que siempre recibiré regalitos 😀

¿A que estoy guapo con mi nuevo pijamita? Si es que soy elegante hasta para dormir, jejejejeje:

Papá ha recibido un cinturón y mamá unas zapatillas. Además, los Reyes también han venido directamente a casa y le han dejado a mamá un perfume que le gusta mucho… ¡qué bien huele mamá! 🙂

¡Feliz día de Reyes a todos!

🙂

2 comentarios

  1. Ya vienen los Reyes Magos
    caminito de Belén.
    Traen sin duda regalos
    a los que se portan bien.

    Y es que hoy ya «son los Reyes».
    Esta noche pasarán
    como siempre lo hacen, siempre,
    al final de Navidad.
    Yo llevo ya varios días
    nervioso a todas las horas
    y no oculto mi alegría
    por lo que pronto me aborda:
    Que los tres Magos de Oriente,
    Melchor… Gaspar… Baltasar…
    me traerán los presentes
    y es que ya no aguanto más.

    A ponerles mis zapatos
    justo bajo la ventana
    para que sepan, acaso,
    donde dejar los Monarcas
    mis regalos deseados.

    Un turrón y un anisete
    para los tres Reyes Magos,
    como les dejo yo siempre
    que deben llegar cansados;
    y a los camellos, la leche,
    (y a veces un mantecado)
    que la pongo bien caliente
    y servida en un buen plato.

    Todo muy bien recogido,
    con el salón ordenado,
    que no les falte un buen sitio
    a cualquiera de los Magos
    para los regalos míos.

    Y la ventana entreabierta
    para que puedan entrar
    porque lo que son las rejas,
    aunque no sé como lo harán,
    nunca les crean problemas
    ni les impiden entrar.

    Me acostaré muy temprano
    no sea que ellos me pillen
    y no me dejen regalos
    por llegar a descubrirles…

    …Me levanto muy temprano
    cuando casi aún es noche
    para ver si mis regalos
    me han traído los tres Magos
    con tanto esfuerzo los pobres.

    Y allí, bajo la ventana,
    donde dejé mis zapatos,
    entre globos y en sus cajas
    están todos mis regalos
    como escribí yo en mi carta.

    Que ilusión abrirlos todos,
    que locura de papeles,
    sin poder abrir los ojos
    por la luz, que ya amanece;
    los contemplo con asombro
    y sin saber contenerme
    la emoción, yo casi lloro
    por lo que me traen los Reyes.

    Quizá lo que aquí relato
    no sea real del todo
    para adultos muy sensatos
    que ya no son unos mozos
    pero sólo al recordarlo
    me emociono de tal modo
    que pasa de ser pasado
    a ser presente, de pronto.

    Y es que los que somos padres
    tenemos la gran ventaja
    de vivir las Navidades
    como en las eras pasadas,
    vividas como los niños,
    con ilusión infinita,
    por los ojos de los hijos
    a los que dimos la vida
    y que desde entonces mismo
    dan sentido a nuestras vidas.

    Y es que los ojos de un niño
    una mañana de Reyes
    hacen que pase al olvido
    cualquier disgusto presente:
    Esa expresión de sorpresa,
    de alegría contenida
    que, de repente, se expresa
    en una nerviosa risa;
    esa mirada sincera
    que dice cosas sentidas
    porque no sabe, de veras,
    decir con ella mentiras;
    esas dos manos inquietas
    que se mueven pequeñitas
    pero de forma certera
    y con inmensa alegría;
    esas palabras tan llenas
    aunque pocas cosas digan
    «Mira Mamá, mira ésta…
    Y mira aquí, Papá, mira»;

    Ése es mi mejor regalo,
    aunque suene a cosa dicha
    por muchos en el pasado,
    y es ver como mis dos niñas
    disfrutan los Reyes Magos.

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