Mi primera visita al zoo

Hoy, a pesar del calor y el solazo que caía en esta ciudad, hemos ido al zoo… ¡y qué bien me lo he pasado!

Tanto papá como mamá leían los carteles en voz alta para que yo supiera qué estábamos viendo en cada momento: elefantes, jirafas, zebras, orangutanes, chimpancés, gorilas, monos con el culo rojo, delfines, leones marines, focas, osos panda, aves rapaces, loros y guacamayos, osos, tigres y leones, tortugas, tortugas marinas, peces de todo tipo, tiburones grandes y pequeños, cabras y mogollón de animales con nombres rarunos de los que ya no me acuerdo.

Me ha encantado, especialmente ver a los delfines y a sus crías (parece que han aumentado la familia) y sobre todo a los osos panda. Uno de ellos se ha estado un buen rato sentado a la sombra y comiendo bambú sin parar, ¡estaba muy gracioso!

Eso sí, creo que papá y mamá son un poco raros… ¿o quizá son raros los demás? No lo sé, pero papá y mamá no paraban de decirme «esto no vamos a dejar que lo hagas», «esto minibicho no lo harás»… Primero no sabía de qué hablaban, pero luego me ha quedado claro. En el zoo te piden muy amablemente que no hagas fotos con flash a ciertos animales (algunos no tienen párpados y lo pueden pasar muy mal con el flash), que no les des de comer (les puede sentar mal la comida) y que no golpees los cristales para llamar la atención (porque se asustan, los pobres)… y claro, todos a mi alrededor hacían fotos con flash, gritaban y golpeaban los cristales y les tiraban comida a los animales… Sinceramente, al igual que a papá y a mamá me ha parecido una vergüenza.

Pero bueno, a pesar de todo, mi primera visita al zoo me ha gustado mucho. En la próxima, llevo yo mi cámara también, 🙂

🙂