Comenzamos la semana con papá volviendo al trabajo. Jo, con lo bien que estábamos los tres en casa, ¿por qué tiene que volver a trabajar papá? Vaya rollo, con lo que me gustaba que estuviera cerquita de mí… Además el tiempo ha sido horroroso, no ha parado de caer agua y nieve del cielo, por lo que mamá y yo hemos podido salir poco a pasear.
El viernes, aprovechando unos rayos de sol al mediodía, mamá decidió ir a la farmacia a pesarme y después de recibir piropos de todos los clientes de la farmacia mamá me dijo que había engordado mucho, ¡peso 3.440gr! ¡Estoy fuertote! (papá dice que él está fuertecito, y que en su caso es diferente) 😀
El sábado mamá me puso mis mejores galas (nada de pijamas, me puso un peto súper-chulo) y nos fuimos a comer a un restaurante japonés con unos amigos de papá y mamá: Diego, Olga, Ernesto, Alma y su hijo Dani. Me lo pasé muy bien, pero me enfadé un poco al final porque ellos se pusieron tibios, como dice papá, a sushi y a mí no me dejaron probar nada, jo… sólo me dieron leche, que sí, me gusta, pero yo también quería sushi… Por la tarde, vinieron los tíos de Luis y la tita a visitarme. Además, los tíos de Luis me regalaron tres pijamitas súper chulos que ya he estrenado… ¡me encanta recibir regalos! 🙂
El lunes no pudimos salir de casa porque caía nieve del cielo. Mamá me la enseñó, pero desde dentro de casa, porque hacía mucho frío. Me dijo que otro año, cuando sea un poco más mayor, ya saldríamos a jugar con la nieve y haríamos un muñequito de nieve y todo. Yo no sabía a lo que se refería con eso de «muñequito de nieve», así que lo busqué en la bebepedia… ¡y me gustó lo que vi! Espero que el invierno que viene vuelva a nevar y podamos salir a jugar con la nieve, jejejeje.
Y hoy hemos ido a ver a otro médico, llamado «pediatra», que me ha gustado mucho. Ha sido muy amable conmigo (aunque se me ha escapado el pipí mientras me escuchaba la respiración, de lo a gustito que estaba) y también ha contestado a la lista de preguntas y dudas que mamá tenía apuntadas, ¡muy maja mi pediatra! ¡Creo que quiero volver a verla!
Y así acaba otra semana y comienza otra… ¡me hago mayor! Dice papá que cuando nos queramos dar cuenta, ya estoy en la Universidad. No sé qué es la Universidad, pero algo me dice que papá es un poco exagerado…
😉