Visita a otro médico

Hace una semana o así visitamos otro médico. Ya, ya lo sé, seguro que vosotros, como yo, diréis «¿otroooooooo?». Pues sí, otro. No era el primer doctor, ni el doctor de siempre, ni el doctor arcoiris ni el doctor aburrido… ¡era otro doctor!

Papá y mamá me explicaron que era el doctor anestesista que tenía que ver a mamá para asegurarse de que no había problemas con algo llamado «anestesia epidural». El señor doctor miró los análisis que nos hicieron a mamá y a mí hace un par de semanas (¡por favor, que sean los últimos, que estoy harto de análisis!) y luego le puso una especie de ventosas en el pecho y unas pinzas en las muñecas y los tobillos, ¡qué cosa más rara! Nos dijeron que no nos moviésemos y después de un rato salieron unas rayas muy raras en un papel que el señor doctor anestesista revisó, metió en un sobre y dijo «todo bien». Pues vale, todo bien.

Luego nos dio un papel en el que se explican los riesgos de esto llamado «anestesia». ¿Qué mal rollo, no? Y nos explicó a todos que la epidural para cesárea era un poco diferente a la otra (¿qué otra? ¡Yo voy perdido!), pero que todo está bien y no debería haber ninguna complicación.

Mamá y papá salieron contentos de la consulta. Dijeron que ya tenían todas las pruebas y todo listo para cuando yo decida salir… porque claro, ¡ellos no saben cuándo voy a salir! Yo sí, jejejejeje, que lo tengo decidido desde hace mucho tiempo.

😉